sábado, 14 de octubre de 2017

Camino de ronda de Tossa de Mar a Sant Feliu de Guíxols

El camino de ronda de Tossa de Mar a Sant Feliu de Guíxols no existe en un sentido estricto: no está señalizado, no hay referencias excursionistas escritas de él y lo más parecido es la GR 92 que opta por enviar al senderista por la montaña, paralelamente a la costa, alejándolo muchos kilómetros del mar.
Foto: Tossa de Mar

Y sin embargo hay playas y hay caminos...

Foto: acantilados del puig d'en Pela

Durante unos cuantos años me he dedicado a conocer a fondo todo este maravilloso tramo de costa entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols, milagrosamente bien conservado.


Foto: es Palomar

Entendámonos, no quiero decir que sea una costa virgen puesto que hay urbanizaciones, carreteras, playas naturales con restos de envases de plástico, puntos con escombros, etc. pero el conjunto sigue siendo, en mi opinión, lo mejor de la Costa Brava y eso es poner el listón muy pero que muy alto.

Foto: cueva de Sa Gatera

Ya antes de este verano había completado todos los tramos enlazándoslos unos con otros por lo que virtualmente ya había hecho el camino de ronda inédito (perdonen mi atrevimiento por lo de inédito: quedo a la espera que alguien me baje del pedestal).

 Foto: cala Pola

Quedaba, quizás, lo más importante que es hacerlo seguido cosa que he completado en un agradable puente de la Hispanidad, con una temperatura ideal para caminar e incluso para darme un buen chapuzón en la playa de Vallpresona.

Foto: cala Giverola

En resumen, han sido 21 km casi exactos, 1189 m. de desnivel positivo y casi 7 horas de caminar efectivo a los que habría que añadir los descansos.

Foto: paisaje desde el mirador de cala sa Futadera


Foto: cala Salionç


Foto: playa de Vallpresona

Foto: punta de Concagats


Foto: cala del Senyor Ramon


Foto: punta y arrecife del Canyet


Foto: cala dels Canyerets


Foto: punta del Romaguer


Foto: cala Joana


Foto: cantos rodados de la cala d'Urgell


Foto: cala d'Urgell


Foto: punta d'en Bosc


Foto: cala dels Músics


Foto: punta de ses Mongetes


Foto: les Penyes desde la playa del Candell


Foto: es Corb Marí


Foto: sa Crestera, les Penyes y cala del Vigatà, desde la playa del Candell


Foto: el Monasterio de Sant Feliu de Guíxols

martes, 16 de febrero de 2016

Murallas de Girona

Visitar las murallas de Girona es una de las mejores formas de conocer la ciudad que nació como plaza militar y ejerció esta fución durante dos mil años.

Durante todo este tiempo todos sus ocupantes -romanos, carolingios, dinastías catalanas e hispánicas- la fueron reforzando hasta convertirla en una ciudad casi inexpugnable.

Cuando las nuevas armas convirtieron en obsoletas las murallas, las autoridades municipales pidieron permiso para derribarlas pero afortunadamente sólo lo hicieron en los tramos que más molestaban al crecimiento de la ciudad.

Hoy podemos visitar varios kilómetros muy conservados de estas espléndidas murallas por una cómodo camino y disfrutar de las vistas sobre la ciudad desde ellas: la ciudadela de la Força Vella, la judería, el río Oñar, el barrio del Mercadal y la ciudad moderna. Más allá se extiende la llanura de la Selva y el cinturón de montañas que rodea Girona en un espectáculo paisajístico difícil de superar. 








Fortaleza y murallas de Hostalric

Hostalric todavía no es una destinación turística muy conocida pero no es por falta de méritos ya que su fortaleza moderna y sus murallas medievales son merecedoras de todas nuestras atenciones.

Además las vistas desde sus torres son impresionantes: el Montseny, el Montnegre y la Ardenya, esta ya en el litoral donde al despeñarse en el mar forma la Costa Brava.

También podemos hacer el ejercicio de conectarnos visualmente con otros castillos (Montsoriu, Torcafelló), torres (Puig Marí) o ermitas (Argimón) que servían para mentenerse perfectamente comunicados entre si. Para esta misma finalidad se construyó la torre de telegrafía óptica a mediados del siglo XIX que todavía está en pie en la fortaleza de Hostalric.

Además también podemos hacer un agradable paseo recorriendo un tramo del camino del río Tordera y la riera de Arbucias perfectamente balizado.