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viernes, 2 de diciembre de 2022

La guerra de Ucrania es una guerra mundial

La guerra de Ucrania es, de hecho, una guerra mundial que actualmente sólo se desarrolla en aquel país pero que tiene, y en un futuro continuará teniendo, profundas y permanentes consecuencias mundiales. En este escrito intentaré exponer algunas de las múltiple capas del conflicto sin ampliarlo con datos ya que no se correspondería a unos breves apuntes como es este el caso.

Ucrania

Un país soberano con fronteras reconocidas internacionalmente como es Ucrania ha estado agredido y invadido por un ejército extranjero que se ha apropiado de más del 20% de su territorio declarándolo, además, parte integrante de la Federación Rusa y sin intención alguna de devolverlo en el futuro en el contexto de una negociación de paz. Al contrario, la Federación Rusa aspira a completar la invasión de todo el Donbás, como mínimo. 

Ahora bien, las razones estratégicas, es decir, la preocupación rusa por su seguridad ante el avance de las bases de la OTAN, la declarada voluntad norteamericana de incorporar Ucrania en la OTAN y la efectiva participación de los ejércitos de los EUA y del Reino Unido en territorio ucraniano, por un lado, y las políticas hipernacionalistas y antirusas en un estado plurinacional y plurilingüístico como es Ucrania, el incumplimiento de los acuerdos de Minsk que daban autonomía a las regiones rusófonas y rusófilas del Donbás y la falta de garantías futuras respecto a la neutralidad militar del país, por otro lado, justifican la respuesta militar rusa para la opinión pública de esta última. Por mucho menos los EUA han respondido mucho más sanguinariamente. 

Golpe de Estado del Euromaidán

La democracia rusa no llega a los estándares de Europa occidental pero la ucraniana quedaba muy por debajo, especialmente después del golpe de Estado del Euromaidán de 2014. Lo mismo y aumentado podemos decir sobre la corrupción. Con la guerra los estándares democráticos de Ucrania han caído a cero incrementándose la prohibición de partidos, sindicatos y medios de comunicación críticos con el poder. Ucrania es en estos momentos un régimen autoritario donde el papel del neonazismo se está incrementando. El fascismo se ha incrustado en el imaginario nacionalista ucraniano, en el simbolismo público (figúrense a Alemania dando el nombre de calles a Adolf Hitler y levantándole monumentos y entenderán lo que están haciendo con el fascista ucraniano Stepan Bandera ) y, más peligroso aun, en el ejército. 

En un momento crítico del inicio de la guerra, en marzo de 2022, Ucrania pudo elegir entre un acuerdo de paz con la aceptación de la pérdida definitiva de la península de Crimea, la autonomía del Donbás dentro del Estado ucraniano y la neutralidad militar internacional o la continuidad de la guerra. A instancias de los EUA, del Reino Unido y de la Unión Europea eligió el conflicto armado (la guerra tendrá que decidirse en el campo de batalla, Josep Borrel dixit).

Josep Borrell, comisario europeo de Asuntos Internacionales

El resultado de las hostilidades aun es incierto pero ya hay algunas realidades incuestionables y todas ellas negativas para Ucrania: destrucción física de sus infraestructuras (puentes, viviendas, centrales eléctricas,...), desaparición del Estado como prestador de servicios públicos, acumulación de una deuda pública imposible de devolver pero que será una losa durante décadas y la excusa para la espoliación de las riquezas del país, ruina económica de las empresas, emigración masiva una parte de la cual no volverá nunca más si no es para visitar la familia, y pérdida de un gran número de soldados jóvenes en edad reproductiva que como mínimo supera ya los 100.000 muertos y que afectará la natalidad futura del país de forma significativa. Otro vector no cuantificable pero también dramático es el sufrimiento de millones de personas, aun más con la destrucción del sistema eléctrico y sus afectaciones en las redes de agua potable y calefacción. 

Ceremonia fúnebre de un soldado ucraniano

Rusia

Las guerras son extraordinariamente caras y Rusia está pagando un elevado precio. Además, la estrategia de Occidente ha estado la de arruinarla por diversas vías pero todas ellas han fracasado hasta ahora. El abandono de empresas occidentales de Rusia la ha afectado poco: los rusos ya han aprendido a hacer hamburguesas como las de McDonald y pueden prescindir de comprar la ropa en Zara e incluso pueden adquirir la misma pero ahora directamente made in Bangladesh. El boicot a la venta de sus productos no solo no la ha perjudicado sino que ha favorecido el aumento internacional de precios del gas, del petróleo y de las materias primas rusas en general. Aun y así, ha provocado suficientes problemas económicos como para hacer disminuir su PIB pero no son los efectos catastróficos que esperaba Occidente y es una situación perfectamente reversible. Tampoco Occidente ha conseguido hacer disminuir la popularidad de Vladímir Putin en su país, más bien lo contrario, ni arruinar el Estado ruso, ni fragmentar la Federación Rusa que, no lo olvidemos, es el objetivo último de los EUA para apropiarse de sus enormes recursos naturales. 

Plaza Roja del Kremlin, Moscu

Los Estados Unidos de América

La guerra ha provocado un aumento de la inflación pero su impacto no les está afectando especialmente. El dólar, aparentemente, ha ganado la guerra monetaria a corto plazo pagando elevadas tasas de interés con el objetivo de hacer drenar capitales hacia los EUA pero son unos intereses que no son sostenibles a largo plazo. Además, la subida de precios energéticos en Europa en comparación a los suyos está provocando el desplazamiento de la producción industrial de alto consumo energético en dirección al país americano y el inicio de la desindustrialización europea. 

A pesar de ello, los EUA están gastando cantidades inauditas de dinero en el mantenimiento militar y financiero del Estado ucraniano y esto no es asumible presupuestariamente a largo plazo y, además, está tensionado su política interna. A los EUA cada vez les está suponiendo más caro el mantenimiento de la hegemonía mundial y no está claro que pueda mantener esta carrera de fondo. Peor aun si consideramos que está jugando con un enemigo menor, Rusia, no comparable con quien realmente le está cuestionando la hegemonía mundial, es decir, China. 

Fuerza aérea naval de los EUA

Si el bloque EUA/Reino Unido/Unión Europea, es decir, la OTAN más los aliados de la angloesfera como Australia y Nueva Zelanda, querían aislar mundialmente a Rusia, de facto es este bloque el que se ha aislado del resto del mundo. Cada vez más países huyen de la esfera de influencia norteamericana sin que esta pueda hacer nada. Un ejemplo paradigmático es Arabia Saudita y otro cas es Turquía. También es muy importante que cada vez hay menos transacciones internacionales efectuadas en dólares y conviene recordar que la moneda y el poder militar son el núcleo de su predominio mundial. 

China

Estamos asistiendo a la transición de un mundo unipolar surgido de la caída del bloque soviético el 1989/1991 a la configuración de un mundo multipolar con un segundo hegemón como ya lo es China. 

China no quiere la guerra de Ucrania porque su modelo es el de ganar conflictos comerciales, no militares. Tampoco le conviene que el mundo se fraccione en bloques comerciales que le harían perder mercados pero no puede dejar caer a Rusia porque si esto pasara la siguiente guerra sería en Taiwán (que es reconocida legal e internacionalmente como parte integrante de China) y provocada por los EUA. Este último, recordémoslo de nuevo, ahora mismo solo tiene un aspecto donde es claramente superior a cualquier otro Estado o incluso a una posible alianza de Estados: mantiene inalterada su supremacía militar en el mundo. Y en última instancia, muy probablemente la utilizarían pera mantener la hegemonía mundial. 

Panorámica de la ciudad de Shanghái

Europa

Mi madre dice que es tonto el que hace tonterías, decía Forrest Gamp en la película homónima. Si nos fijamos solo en los hechos, Europa no podría ser más estúpida. Es incomprensible que la Unión Europea actúe con tanto afán a favor de su propia destrucción. Primero dejando que la OTAN creciera innecesaria y provocativamente hacia el Este hasta las puertas de la Federación Rusa. Después dejando que se enquistara el conflicto interno de Ucrania (incumplimiento ucraniano de los acuerdos de Minsk). Y ahora actuando en contra de sus propios intereses boicoteando la economía rusa y de paso la suya propia y alimentando militarmente una guerra de un país que ni es miembro de la Unión Europea ni de la OTAN en nombre de altos valores políticos y éticos que no se aplican en Ucrania (¿recuerdan cuando Occidente justificaba la invasión de Afganistán para liberar a las mujeres del yugo machista musulmán?).

El resultado ha sido una elevada inflación, el aumento del déficit público, la contracción del PIB, la entrada en recesión económica y a medio plazo, su progresiva desindustrialización. El panorama aun puede ser peor si la población europea ve bajar significativamente su nivel de vida, cosa que ya está pasando, lo que está provocando el fortalecimiento de la extrema derecha. 

Edificio de la Comisión Europea

Para acabar pero no por ello menos importante, la libertad de expresión ha disminuido en la liberal Europa prohibiendo medios de comunicación extranjeros como Sputnik o Russia Today, con el boicot por parte de las grandes redes sociales norteamericanas de cuentas personales o de medios informativos críticos, imponiendo una única versión de los hechos a través de los grandes medios de comunicación y marginando cualquier voz alternativa a las políticas del conglomerado EUA/Reino Unido/Unión Europea/OTAN. El nivel de manipulación y ridículo ha llegado a extremos difícilmente superables como con las informaciones relacionadas con la central nuclear de Zaporiyia, ocupada desde hace meses por las tropas rusas y que los medios de comunicación occidentales pretenden hacer creer que los rusos se están bombardeando a si mismos. No niego que las mentiras repetidas cotidianamente a todas horas y con aparente unanimidad no funcionen. Sí que lo hacen, por supuesto, pero la opinión pública es muy voluble y, por otro lado, no veo ningún entusiasmo popular en participar o en asumir aun más las consecuencias de ella. 

Algunes conclusiones

Rusia está ganando la guerra económica contra Occidente. Militarmente hablando, ha perdido algunos territorios ocupados previamente (Jerson es el último caso) porque ha priorizado la integridad de su escaso ejército desplegado en Ucrania por encima de la defensa numantina de territorios. Sin embargo la guerra está cambiando de formato con la incorporación de más de 300.000 nuevos reservistas rusos (actualmente están combatiendo unos 150.000 soldados rusos) y la destrucción del sistema eléctrico y otras infraestructuras ucranianas. Es altamente probable que al final de la guerra la Federación Rusa consiga todos sus objetivos siempre y cuando Occidente no se implique directamente en ella. Si esto último pasara, entonces pasaríamos de una guerra local a una verdadera y destructiva III Guerra Mundial un un posible final nuclear.